A la mañana siguiente continuamos con el viaje en coche hacia el Sahara, terminando de atravesar el Alto Atlas y después el impresionante valle del Draa, con su interminable mar de palmeras datileras.
Un bañito a 52 grados en el río Draa.
Seguimos adelante, son muchos kilommetros y carretera muy mala y queríamos llegar a zona de desierto a pasar la noche en unas jaimas en las dunas de "Los Judios" donde mi hermano y Silvia habían estado hacía ya 3 años, donde se accede en un desvío de la carretera de Tagounite a Mahamid, casi frontera con Argelia, este desvío es camino de tierra ya en desierto y como a 6 o 7 km están las jaimas que regenta Said.
Cerca de nuestro destino se hizo de noche pero conseguimos dar con el desvío y después de deducir por donde tirar y atollar el coche un par de veces, conseguimos llegar.
Ya era totalmente de noche, así que no pudimos ver mucho, pero negociamos la estancia para dos noches, cenamos, charlamos, bebimos mucho té y después a dormir al aire libre sobre la arena del desierto con un enorme y precioso cielo sobre nosotros.
A la mañana siguiente antes de que dieran las 6, ya estábamos levantándonos, totalmente de día y empezando a subir la temperatura lo suficiente como para no poder estar durmiendo.
Para este día organizamos una excursión a las dunas de "Erg Chigaga", un día divertido pero duro por el fortísimo calor.
En un 4x4 8 personas, nosotros 6 y nuestros dos compañeros Mbarak y Szeit atravesando 50km de árido desierto que se tarda algo más de 2 horas en ir y casi 3 horas en volver, por supuesto sin aire acondicionado y con 62 grados de temperatura al sol según marcaba un termómetro que llevábamos.
Antes de llegar a las dunas, paramos un poco antes a pasar parte del día y comer en "Iriki", un oasis cercano, donde comimos y estuvimos pasando las horas de más calor descansando y disfrutando mucho del lugar.
Después de comer y aun con mucho calor nos dirigimos a "Erg Chigaga", 40 km de dunas con desniveles de más de 100m donde se pierde la vista entre estás inmensas olas de finísima arena que está ardiendo.
Después, de nuevo al 4x4 y a terminar el día en las jaimas donde pasamos nuestra segunda noche, cenando, charlando, bebiendo té...
Por la mañana después de levantar recogimos y marchamos con los coches dirección Marrackech pero haciendo noche en ait ben haddou.
Foto en el cartel que indica el desvío a las Jaimas.
Merece mucho la pena este viaje, donde se puede palpar este tipo de vida hasta ahora desconocido para nosotros y que nos dejó agotados pero muy contentos, con el lugar y las gentes.
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