martes, 20 de marzo de 2012

Las Minas del Cerro Rico - Potosí - Bolivia - 19 de Marzo de 2012

Estamos en Potosí, ciudad boliviana, que significa riqueza extrema, considerada la metrópoli más alta del mundo, a una media de 4070m. Esta ciudad se fundó en el siglo XVI por colonos españoles al descubrir minas de plata fundamentalmente en el Cerro Rico, montaña de 4800m que preside la ciudad. La montaña está completamente llena de túneles formando una compleja galería ya que desde su descubrimiento hasta hoy día que se sigue trabajando en ella, solo que casi no hay plata y se trabaja mas el zinc y el estaño.

Hay en la ciudad varias agencias que desde hace 20 años te hacen un tour por algunas zonas de las minas donde puedes ver como son y el día a día de mineros trabajando en ella. Parece ser según dicen que es la única mina del mundo en activo donde se permite una visita de este tipo.
Hay una agencia en particular, que es fundada y gestionada por 4 (de momento) ex-mineros jóvenes que funciona muy, muy bien. Otras agencias publicitan que tienen ex-mineros pero no siempre es verdad y hacen visitas a veces un poco masificadas. De la que os hablo, es mas modesta pero merece la pena, se llama BIG DEAL TOURS.


El caso es que pagas 100 bolivianos y pasas medio día con esta simpática gente, conociendo la fabrica de refinería de los minerales y después las minas, te prestan equipo para no manchar tu ropa, botas fuertes de goma para zonas de agua y humedades de la mina y casco con buen frontal.


Vista del Cerro Rico.


En la refinería.


 

Ya estamos justo en una de las entradas de la mina. Nuestro guía Wilzon, solo para nosotros, un hombre ex-minero después de 21 años en la mina, ahora es socio de BIG DEAL TOURS.
Los mineros en muchas ocasiones comienzan a aprender el oficio con 12 y 13 años, hoy en día se siguen viendo niños trabajando en la mina, aunque el gobierno por ley lo prohibe hasta los 18 años, pero esto es Bolivia y el control es casi nulo.
Las condiciones de trabajo son bastante anticuadas, no hay si quiera un ingeniero de minas en todo el cerro, pero la mina funciona perfectamente con el conocimiento que adquieren a lo largo de los años en una aprendizaje dentro de un sistema gremial.
Pico, pala, carretillas, sacos y en el mejor de los casos se han modernizado con algún martillo neumático. Ah! y la dinamita que la puede comprar cualquiera en alguno de los mercados cercanos a los barrios de los mineros.
La vida laboral de los mineros es muy dura y en ocasiones corta por los problemas de salud, aunque siempre trabajan muchos años al empezar tan jóvenes.
Mucha gente se lleva las manos a la cabeza, pero no hay que perder el sentido de la realidad, esto no es Europa y de cualquier manera si preguntamos en nuestras casas a abuelos e incuso padres, en los años 40, 50, incluso 60, mucha gente empezaba a aprender oficios a esa edad y hoy día en el norte de España hay mucha gente con problemas de silicosis por trabajar en las minas.
Bolivia, a parte de tener mal gobierno, es un país aún por desarrollar muchísimo.
De cualquier manera la visita es súper interesante, didáctica y con estos ex-mineros, súper entretenida.



Nos enseña las venas de mineral.





Aquí estamos con el TÍO, es de alguna manera el Dios de los mineros, al que cada viernes honran con visitas donde le hablan y le llevan alcohol, coca y cigarrillos. Le piden salud, prosperidad, seguridad en el trabajo...



El trabajo en estas minas ha pasado desde la exclavitud a estar en manos del gobierno en épocas más modernas, en manos privadas y hoy día al 90% son cooperativas, donde cada minero tiene su zona propia de trabajo y en ocasiones puede contratar a aprendices que les forman durante 3 años antes de hacerles mineros oficiales.
Un minero puede tener mala suerte toda su vida y ser pobre o enriquecerse muchísimo. Pero una media, viven decentemenete; con un sueldo 3 o 4 veces por encima del salario mínimo de Bolivia que son unos 70E, además, aunque mala, tienen jubilación, cosa que en Bolivia es un lujo.

Al acabar la jornada los mineros cierran su zona de trabajo.



Recorrimos medio acuclillados unos 5 km por dentro de la mina, llegando al mismo centro de la montaña, entre túneles de época colonial, grietas llenas de colores. Con un ambiente enrarecido por no haber ventilación (por supuesto no tienen ningún sistema moderno más allá que las propias corrientes) y por la altura. Con la boca llena de coca para sentirnos mejor y evitar dolores de cabeza y mareos.

Zonas de sulfatos.


Donde en ocasiones se crean estalactitas.



Rebuscando en un corte de trabajo, algo de plata para llevarnos un recuerdo.


Con Wilzon a la salida.






2 comentarios:

  1. la verdad es que a pesar de ser boliviano, no me deja de asombrar la resistencia que tienen los mineros, si fuerza parece escalar a otro nivel.. bonito artículo! lo disfruté mucho (:

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  2. Me alegro que te gustara el artículo. Yo drisfruté muchísimo en tu país. Un saludo!!

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